Thursday, April 24, 2008

Danger: Educated Latina
by Abraham Aguilar

Querida Kiara,
¿Qué te propones hacer? Ponte a pensar.
En un año: Estaré preparándome para 4 exámenes Advanced Placement para crédito universitario
En cinco años: Estaré estudiando en una universidad de prestigio
En diez años: Estaré en la Universidad de Harvard en la Escuela de Leyes

Sinceramente,
Kiara

Con su camisa y pantalones tan negros como su cabello largo, de la morena Kiara salía un entusiasmo efervescente para solo estar en el decimo grado. Esto lo atribuye a su involucración con Latinas Guiding Latinas, o LGL como más se le conoce. “Sin el apoyo de LGL, no creo que podría ni siquiera decir ni mucho menos alcanzar las cosas que he propuesto hacer para mí misma,” me contaba Kiara, sentada en un aula de Garfield High School, escuela inmortalizada en la pantalla grande en la película “Stand and Deliver” protagonizada por Edward James Olmos.

Me sentí un poco claustrofóbico (más de lo usual con mi tamaño) en el cuarto donde había asientos y mesas hasta más no caber. Me explica Kiara, “Es que somos muchos y los maestros y consejeros solo le ponen atención a unos cuantos estudiantes”. Y por eso el grupo estudiantil LGL lleva más de 21 años dedicándose al éxito académico y personal de chicas Latinas como Kiara, que se perderían en el mar de 694,288 estudiantes en el distrito escolar de Los Angeles.

Esta semana la actividad que las estudiantes tenían que hacer era una carta dirigida a ellas mismas con algunas metas y en un año la abrirían para ver si alcanzaron sus propósitos. Al terminar, Doris, la coordinadora de LGL dijo, “Prepárense chicas. ¡Vamos al King Taco!”. Mi estomago brinco de emoción al saber que iríamos al restaurante icono del este de Los Angeles.

En esto me di cuenta del modo personal en que las chicas universitarias se involucran con sus “mentees”. Y este fue mi recuerdo favorito de esta aventura: Estando charlando con las chicas comiendo tacos enchilosos de al pastor con una horchata refrescante y dulce. “Hasta podemos hablar con ellas sobre los chicos”, me contaba Kiara mientras disfrutaba su burrito de carne asada. Al preguntarle más a fondo sobre esto solo me correspondió con una risa juguetona, y al ver que le daba vergüenza, mejor le deje en paz.

Jasmin, una de las voluntarias, que trataba de no manchar su chaleco blanco con la grasa de sus tacos me conto, “Es triste ver que no tienen el apoyo en las escuelas. Incluso una maestra nos comento que para que ayudábamos a las estudiantes que no estaban en “College Track” si solamente iban a estar “flipping burgers at McDonalds’s anyway.” A mí, esto me enojó o me enchiló como se dice en México, aun mas que la salsa de los tacos. Yo por suerte encontré a un “mentor” en mi secundaria en Hemet que me ayudo a prepararme para ir a la universidad. Las otras voluntarias me contaban que en sus secundarias, el apoyo era mínimo y por eso venían en su tiempo libre a darles atención a otras jóvenes Latinas. En estos momentos la involucración de las estudiantes universitarias ha logrado un máximo que LGL espera seguir teniendo en un año o cinco o diez años. Doris and Jasmin me explicaron su plan de “A Central American takeover”, debido a que les gustaría tener más diversidad Latina en el grupo en donde la mayoría son de descendencia mexicana.

Yo y mi mentor Mr. Mercer, o Doug como él quiere que le llame ahora (aunque todavía se me hace un poco raro hablarle de tu) seguimos en contacto. “Si, nos hablamos en MySpace,” cuenta Kiara sobre Doris, la coordinadora. Pero al terminar el día, decidieron intercambiar emails en un papel de libreta. Al despedirse con abrazos, Doris puso el papelito en su bolsa. La bolsa me cacho el ojo por tener la frase, “Danger: Educated Latina”. Sonreí y nos subimos al coche, empaquetados como sardinas, y nos regresamos a UCLA.

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