Saturday, June 14, 2008

Cama-cama-cama camaleón, yo soy la camaleón

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- Martha Rodriguez

Cuando el profesor se sorprendió tanto al oír el término “white-washed,” yo me quede aun más sorprendida de que él nunca había oído ese término ya que yo he crecido con él. En sí solo, el termino “white-washed” literalmente quiere decir lavado blanco. Más claramente, se refiere a cualquier persona que no sea anglo sajón pero que se asocia más cerca a esa cultura que con su propia cultura.

En definir uno mismo su propia identidad, uno enfrenta suficientes problemas. Cuando
alguien comienza a cuestionar la identidad de otra persona solo agrega insulto a lo ya problemático.

Mi propio problema de identidad comenzó en el quinto año de la primaria. Hasta el
comienzo de ese año escolar, yo había estado en clases de ESL, English as a Second Language. Por alguna razón u otra, aparentemente la maestra de ingles me pregunto que si quería ingresar a su clase. Yo no sabía que decir porque me espantaba un poco el que dirían mis compañeros de ESL. Tal vez pensé que ellos pensarían que yo me creía mucho o algo así. Me escondí de esa maestra, Mrs. James, por algunos días pero la próxima vez que me vio me pregunto lo mismo, y básicamente porque sabía que seguramente me seguiría molestando sobre la misma cosa, le dije que si quería intentarlo por un tiempo por lo menos. Pasaron las semanas y yo no me raje y ella tampoco me regreso a la clase de ESL. Progreso. Mi ingles empezó a mejorar.

Mi problema no es solo que soy “white-washed” sino también que parezco anglo sajona. Desde mi tiempo en la preparatoria, con bastante tiempo de mejorar mi ingles y perder qualquier rastro de la realidad que el ingles no es mi primer lenguaje, mucha gente me confunde por anglo sajona. Por ejemplo, recientemente, despues de varios meses mi trabajo, uno de mis supervisores del trabajo me escucho hablando español con una compañera y se sorprendió bastante. Se me quedo viendo y me pregunto con “astonishment” claramente en su cara, “¿No me digas que tú hablas español?” Mi compañera y yo nos reímos un poco. Yo, ya acostumbrada a tal reacción, le conteste, “Claro que sí. Soy mexicana. ¿Que no lo parezco?” Él simplemente me contesto que verdaderamente no.

De chiste, entre mis amigas, cuando hablamos de tales temas, les digo que soy mexicana
pero anglo sajón cuando me conviene. Por ejemplo, me despistar a la gente de tal manera. A veces les digo a gente Latina que soy Anglo Sajona y les hablo en español y se sorprenden diciéndome felizmente que hablo la lengua muy bien. Cuando me preguntan donde lo aprendí, les contesto que en la escuela. También recuerdo que en mi segundo año de escuela, mi vecino no se dio cuento hasta unos meses después de conocernos que yo era mexicana hasta que se entero de mi apellido. Tal vez sería que en ese tiempo tenía el pelo rojo, así que ayudo mejor a sacar el engaño en adelante. En actualidad, nunca he negado ser mexicana. Nunca lo haria. Hacerlo seria como un crimen a mi misma, a mi familia, y mi sangre mexicana. En ser “camaleón” de identidad, me vuelvo más bien en paciente de esquizofrenia. No es necesariamente curioso en ninguna manera positiva.

Cuando era pequeña, durante mis años de primaria, ibamos ir a Tijuana muy seguido, por lo menos cada otro fin de semana a visitar amistades de la familia. Recuerdo que un día,
al punto de cruzar la frontera para regresar a casa, el oficial de emigración, con las actas de nacimiento de nosotros e identificaciones en mano de todos los que íbamos en el carro. Cuando le toco preguntarme a mí como me llamaba, le dije Martha con acento en español. El muy acá me corrigió y dijo que no, que era Martha, con acento en ingles ya que mi nombre lleva “h”. Ahora que recuerdo, pienso, ¿que se creia el mugre oficial?

En high school, los jóvenes pueden ser extremadamente jusgativos y malintencionados.
Uno siempre está en competencia con los demás aunque no quiera que sea así. Estos años de escuela, parece que cada individuo tiene que pertenecer a cierto “clique”. Si uno no escoge por si mismo, los demas lo haran para ahorrarle el trabajo. Igualmente, entonces no es totalmente que yo sea “white-washed” por mi propia cuenta sino que otra gente me pone en esa categoria sin pensarlo dos veces.

Por otro lado, mis mejores amistades y yo reconocemos que (tal vez) si somos “white washed”. Me pregunto, ¿es más grande el pecado si lo seguimos practicando aun después de haberlo reconocido? No creo que sea asi. Nunca hemos negado que somos mexicanas, es solo que a veces nos cansamos tanto de corregir a la estupidez de la gente que mejor contestamos nada. Yo soy una híbrida. Declarare con mucho gusto que me considero muy orgullosa de tener sangre mexicana y un corazon americano. Sin uno de los dos, no funcionaria correctamente.

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