Friday, June 13, 2008

Me, Myself and My Worlds


Leslie Solis


Cuando me preguntan de donde soy, siempre respondo: “De Guatemala.” “¿Que?,” me dicen. ¿Sí, no me creen? ¡Soy 100% chapina! Bueno, mis papas nacieron en Guate, pero yo también me considero guatemalteca. Mucha gente, no me cree porque tengo la piel clara y el pelo canche, y siempre piensan que toda la gente de Guatemala es morena. No es solamente mi apariencia la que los confunde, sino que la manera en que hablo tampoco da a entender que vengo de una cultura guatemalteca. Por esta razón, casi siempre siento que vivo en mundos diferentes. Cuando estoy en casa, mi habla y mi acento son guatemaltecos. Por otra parte, cuando estoy con personas que pertenecen a otra cultura, mi habla y mi acento cambian de inmediato al mexicano. También se podría decir que a toda hora tengo la interferencia del Ingles, tal vez, como resultado de vivir en UCLA por tres años.

En mi opinión, la razón por la que tengo la habilidad de hablar de diferentes formas es porque desde niña he pasado por diferentes experiencias que me han hecho sentir que no siempre puedo ser realmente guatemalteca. Por ejemplo, cuando estaba en la primaria mi mejor amiga siempre se burlaba de mí por ser de Guatemala. Por lo tanto, siempre me daba vergüenza hablar como tal. Otras veces escuchaba personas decir: “Vas de Guatemala a Guatepeor.” Aun ahora mi novio me llama “Guatermelon.” Aunque me río al contarles esto y sigo siendo orgullosamente guatemalteca, creo que dichos negativos como estos son la razón por la cual siento la necesidad de cambiar la manera en que hablo de acuerdo a quienes estén a mí alrededor. Aquí les presento algunas de mis experiencias para que tengan un probadita de lo que es vivir en mis mundos.

Casi todos los sábados, mi papi entra al cuarto y nos dice a mi hermana y a mi: “¡Despiértense ya pue huevonas! Vamos a la Bakery. ¿Cómo para handar en fiestas sí son buenas, pero para despertarse temprano nó? Va pue apúrense, que las dejo si no se alistan en cinco minutos.” Yo le respondo: “¡Aaaala papi! ¡Como sos! Como vos siempre te despertás temprano, nada te cuesta.” Y además de eso, todavía le digo a mi hermana en voz baja: “¡Fuck man, me encachimba que mi dad nunca nos deja dormir!” Pero aun así, corriendito yo y mi hermana, Kelly, nos alistamos y nos subimos al carro. Finalmente, llegamos a la “Bakery,” o mejor dicho “Guatemalteca Bakery,” un restaurante que sirve los mejores desayunos guatemaltecos en Los Ángeles. Estos desayunos usualmente consisten de huevos, frijolitos negros, un tamal y por supuesto café con pan dulce. Algo muy interesante es que allí, uno también se encuentra con medio mundo. Es decir que cada vez que vamos mi papi se encuentra con algún conocido que no ha visto en siglos. En lo que hacemos fila para ordenar, lo oigo decir: “¡Ve! ¿Que putas pue voz? ¡Que onda! ¿Como has estado?” a algún hombre que para mi es un extraño y para el es un viejo amigo. Esto es un poco del mundo en el que vivo cuando estoy en casa.

Por otra parte, tengo que admitir que delante de ustedes, tal vez nunca me van a escuchar hablar así, con la excepción de este artículo. Ni con mis mejores amigas hablo así porque, desde chiquita, casi todas han sido de familias mexicanas. Por lo tanto, también sé hablar de una manera muy mexicana. Recuerdo que en high school, mi mejor amiga y yo nos la pasábamos hablando español todo el tiempo, y mas cuando mirábamos a algún guapo. “Ay y ese papasote que va pasando allí, ¿quien es?” me decía mi amiga. “¡Ay, no se! Pero está…para chuparse los dedos.” le contestaba yo. Y seguía: “¡Nooooombre, si estará chulo!” Ella de nuevo me contestaba: “¡Que mango!” Y si estaba feo el muchacho, decíamos entre nosotras: “¡Cállate! ¡Mira aquel que esta allá! Ese, ¿que siente?” Y así nos la pasábamos. Aun ahora que estoy en mi cuarto año en la universidad, mis mejores amigas también son mexicanas. Es tan grande la influencia de la cultura mexicana en mi vida, que me ha llegado a fascinar la música mexicana, específicamente la banda. Varias veces hemos ido al Rodeo, un lugar tipo discoteca que solamente toca esta clase de música. Les cuento que una de las amigas de mi mamá también es de México. Y siempre que llega a mi casa como que entro en “Mexican mode.” Me da mucha risa porque yo misma me escucho hablar de una manera tan distinta, pero que a la vez me llega tan fácilmente. Siempre la molesto con su hijo, a quien considero como un hermano. Le digo: “Mire Tere, el Josesito me tiene bien enojada. Cada vez que pasa por aquí con la Diana, ni me voltea a ver. ¡Pero ya va ver! ¡Cuando me venga a buscar, lo voy a mandar a la chingada! ¡Y a la Diana, cuando la mire también le voy a meter sus buenos putasos por handar allí de creída! Haciéndose la que no me conoce. ¡Ya va ver Tere!” Y ella siempre se ríe y me contesta: “¡Tu meteselos Leslie! ¡Yo te ayudo!”

Finalmente, viví por algún tiempo en un ambiente completamente diferente. Esto fue cuando vivía en la universidad. Dos años viví en los dormitorios, y mi tercer año tuve mi propio apartamento. Llegando a la universidad, me encontré en un mundo de “Rainbows” y “Uggz,” del cual rápidamente llegue a pertenecer. Ustedes que estudian aquí saben a lo que me refiero, pero usted profesor tal vez no. Rainbows son una clase de sandalia o chancleta y Uggz son un tipo de bota. Si ve a su alrededor antes de que se vaya, se dará cuenta de lo que hablo. Yo diría, que 4 de 5 muchachas son dueñas de estos zapatos. ¡Es realidad, es un fenómeno! Además de esto, me vi en un estado de “culture shock” porque toda la vida viví rodeada de latinos, y en UCLA me encontré con gente de todos colores y todas nacionalidades. A pesar de que todos son de diferentes culturas, como estudiantes tenemos en común el Ingles y una subcultura que pertenece a todo adolescente Americano. Por lo tanto, aunque me siento muy Americana cuando estoy en UCLA, también me siento muy latina. Esto es porque desde que llegue, me asegure de involucrarme en diferentes grupos estudiantiles que forman parte de lo que se conoce como “the RAZA organizations on campus.” Estas organizaciones no necesariamente son exclusivamente para latinos, pero comenzaron como recursos para servir las necesidades del estudiante latino. Lo importante es que gracias a estas organizaciones yo he podido mantenerme cerca a mis raíces latinas. Sin embargo, ahora que me regrese a vivir con mis padres, me doy cuenta que mi español no es tan bueno como lo fue en la secundaria. El vivir rodeado de estudiantes que hablan, más que todo, Ingles, es la razón por la cual hablo spanglish, afuera o en casa.
Los dejo con algunos dichos guatemaltecos:

El Guatemalteco no toma: chupa
El Guatemalteco no enamora: cantinea
El Guatemalteco no festeja: parrandea
El Guatemalteco no conversa: platica
El Guatemalteco no critica: pela
El Guatemalteco no abusa: se columpia
El Guatemalteco no molesta: friega
El Guatemalteco no presume: chilerea
El Guatemalteco no rie: se caga de la risa
El Guatemalteco no se averguenza: se chivea
El Guatemalteco no se enamora: se cuelga
El Guatemalteco no se molesta: se encachimba
El Guatemalteco no se descubre: se quema
El Guatemalteco no se da un golpe: se da un morongazo
El Guatemalteco no se va corriendo: sale hecho mierda o se va echo pistola
El Guatemalteco no se escapa: se las pela
El Guatemalteco no tiene un problema: tiene un clavo
El Guatemalteco no tiene novia: tiene traida
El Guatemalteco no pide que lo lleven: pide jalón
El Guatemalteco no va de paseo: se da un colazo
El Guatemalteco no toma siestas: se hecha un cuaje
El Guatemalteco no te golpea: te verguea
El Guatemalteco no es bonito: es chulo
El Guatemalteco no es apuesto: es un mango
El Guatemalteco no es haragán: es huevón
El Guatemalteco no es presumido: es caquero
El Guatemalteco no es avaro: es codo
El Guatemalteco no es inmaduro: es un ishto
El Guatemalteco no es entrometido: es shute
El Guatemalteco no es adinerado: es pistudo
El Guatemalteco no es listo: es bien pilas
El Guatemalteco no es diestro: es buso
El Guatemalteco no es cualquier cosa: ¡ES CHAPÍN!
Y finalmente unos links: (Zacapa es una ciudad en Guatemala)

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