Friday, June 13, 2008

Nuestro mundo escondido


“A qué hora es,” yo pregunté mi hermana mayor, Jessica, mientras caminaba a nuestra casa.
“Four.” Me respondió, muy molestada.

Tenía once años cuando entendí mi primera frase en español.  Recuerdo repitiendo esta pregunta cada vez que tenía la oportunida con muchisimo orgullo.  En este tiempo, tenía una admiración para mi hermana en que quería hacer todo lo que ella hizo.  Como las relaciones entre muchas hermanas, ella solo quería que yo la dejara sola.  A pesar de eso, me matriculé en el primer nivel del idioma el próximo año.  Desde mi primera clase, solo había un año de escuela en que no tome una clase que tiene que ver con el español, y era el primer año en la universidad.  Después de empezar con la lengua, yo continuaba no por ser como mi hermana sino por hacer lo que quería hacer.  Sin embargo, la relación que tenía con mi hermana se hace mas íntima también por el idioma.

 

“No me gusta que ella fume,” Jessica me dijo una día después de escuela cuando estábamos en el coche con nuestra mamá.

“Ni yo tampoco, pero que podemos a hacer?” respondí.

“Vamos a robarlos y tirarlos en la basura.”

“Ella nos va a matar.”

 

Mi mamá nunca aprendió ninguna palabra de español y hoy en día todavía no sabe más que ‘hola’ tal vez.  Los dos de mis padres aprendían el francés cuando eran jóvenes en la escuela.  Por eso, mi hermana y yo siempre hablabamos en español cuando queríamos hablar de nuestras padres cuando también estaban allí.  Además, todavía hacemos cuando todo mi familia están juntos.  La mayoría de mi familia vive en el centro del país y no saben el español simplemente porque no es necesario saberlo en sus ciudades.  Algunos de ellos no entienden porque yo escogí estudiar la lengua, pero no me siento la obligación de defender mis decisiones, especialmente si ellos están tan lejos de algo tan influyente en mi vida.  Sencillamente, yo veo la situación como una ventaja para mí.

 

“Vas a España? Pero has tomado el italiano hace dos años,” yo expresé cuando Jessica me explicó que iba a estudiar en Alicante.

“Sí, pero puedo tartar de recordar.  O puedes venir conmigo y trasladar todo,” me propuso.

“Por supuesto! No tengo que asistir a mis clases. La universidad no es importante. Ya sé todo.”

“Shut up.”

 

El verano entre mi segundo y tercer año en la universidad, Jessica fue a Alicante en el sur de España para estudiar.  Cada semana, hablábamos y ella me decía de su señora, la mujer con que ella vivía durante sus estudios, los estudiantes, sus clases, las playas y todo de Alicante que ella le encanta.  Aunque aveces hablamos en español naturalmente, cuando ella estaba en España, me sentía que hablando era más fácil para ella y para mí también.  Para cualquiera razón había algo más cómodo hablando cuando estabab más lejos, espcialmente en un país en que se habla español.  Tal vez me sentía más conectada con la cultura latina o hispana, no estoy esgura.

 

“Como conoces esta canción? Me encanta esta canción!  Sabes que la primera cantante es una mujer?” No podia creer que habíamos encontrado la misma canción sin estar juntos al encontrarla.

“No es posible, no te creo. Tiene que ser un hombre, suena como una hombre,” Jessica respondió.

“Te lo juro! Yo mire un video de un concierto en que ellos cantan esta canción y es una mujer.  Uno de mis amigos me dijo que en Portugal las mujeres tienen voces muy graves.  No lo creía hasta que lo ví.  Te enseñaré cuando regresemos a la casa,”  traté de convencerla de la verdad.

“Bien, mira, escucha esta.”

Ella puso otra canción que tenía en un mix CD.  Parece una canción de pop con un poquito de rap.  Me recordó de nuestro parentesco; la canción era en Spanglish.  Manejamos escuchando la canción en el centro de Chicago, consolidando nuestra amistad con un lenguaje y una cultura que nos unen más y más cada vez que nos vemos.  Siempre pienso en ella cuando escucho música en español o cuando leo un libro o veo una película en español también.  No estoy perfectamente segura de la razón, pero sé que el idioma nos dio mi hermana y yo una conexión bastante única y creo que estaríamos muy diferentes si no tuviéramos en común el español.

 

“Qué decíamos de mom cuando éramos jóvenes,” pregunté a mi hermana cuando empecé este trabajo.

“Que ella es loca. Pero decíamos más de Dad. Porque no nos gusto,” ella me dijo mientras se reía.

 

Siempre usábamos nuestro español cuando queríamos hablar de nuestros padres.  Para mí, el español representa un mundo en que solo mi hermana y yo vivimos.  Sé que hay mucho del idioma en mi vida cotidiana, per hay un sentido especial cuando lo hablo con ella o cuando pienso en el tiempo cuando lo hablabamos cuando eramos jóvenes. Parecía que teníamos una lengua especialmente hecho para nosotros y nadie podía romper el mundo que creábamos juntos.  El español sirve como un arma para nosotros y nos déjà esconder de cualquiera cosa cuando tenemos que hacerlo.  Tener este mundo íntimo con mi hermana nos déjà compartir todo, si que es un miedo, esperanza o cualquier sentido.  Cuando hablo con Jessica y hablamos el español, nada más existe sino nosotros, y siempre me siento mejor después de hablando con ella. 

 

“Espero que la graduación sea en español,”  ella expresó un día.

“Ah, sería increíble porque nadie que conocemos comprenderán.  Desafortunadamente, hay más departamentos que el mío y no es posible,” he tendio la misma esperanza al princípio del año.  Siempre pensábamos en una manera similar qie por cualquiera razón es mucho más obvio en nuestro idioma aprendido.

 

Puesto que no soy exactamente latina, es difícil sentir cómodo usando el español fuera de las clases.  A pesar de eso, no hay un espacio más perfecto en que puedo hablarlo sino hablando con una persona que nunca va a juzgarme y por esa razón siempre podría hablar y comunicar mejor con ella cuando usamos el español.


-Sarah Rosenbloom

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