Sunday, June 15, 2008

Latinos tambien - por Gina Di Giusto


Muchas personas pasan sus vidas enteras tratando dedemostrar su individualidad. Yo, sin embargo, hepasado la mayoría de mi vida académica intentando deser una como los demás, por lo menos en el contexto demis clases de español. ¡Y después de ocho años, dediecisiete clases, de cuatro meses en Madrid y con unaespecialización en español, todavía no lo logro! Apesar de cada libro de gramática, cada clase deliteratura, cada lección lingüística, estoyperfectamente enterada que todavía doy la impresión deser una gringa tartamuda cuando hablo el idioma, y loodio.

Lo único que deseo es tener la capacidad de hablar conmás fluidez y con confianza. Aunque, mi deseo separece bastante sencillo, ha sido uno de los desafíosmás duros de mi vida. Mientras comencé a estudiar elespañol en la secundaria por obligación, continué aestudiar el español en la universidad porque meenamoré con la idea que algún dia podría llegar a seruna traductora verdadera. ¡La ignorancia feliz! Nunca me di cuenta que mi pasión sería amortajada contanta pena, tanta frustración, tanta ansiedad, y (lopeor de todo) con tanta decepción. Siempre pensaba que era la única persona que teniaesta opinión. Pensaba que tenía algún defecto decarácter o quizás una incapacidad de aprender. Estospensamientos se afirmaron cuando estaba estudiando enEspaña; una de mis compañeras de cuarto, Henny, era deSuecia y ella podía hablar cuatro idiomas y tres deesos idiomas con fluidez. A veces, hasta pensaba quesu inglés era mejor que el mío. ¿Qué hice tan mal, enque es que me equivocaba? ¿Por qué Henny podíasaltar de dialecto al dialecto y yo no podía llegar adominar ni siquiera mi segunda lengua?

Encima de todo eso cuando mucha gente me escuchabahablar el español, sonreían y exclamaban “la prácticacrea la perfección,” como si fuera el consejo másbrillante y más original del mundo. “Gracias paranada,” pensaba, lo único que me logra la practica esel estropeo y la critica”. “Bien, tengo mi propioconsejo: ¡Es duro practicar el español sola! La radioy la televisión ayudan muy poco - a menos que alguienquiera hablar como una estrella de telenovela y misambiciones eran un poco mas académicas.

En serio, a veces es realmente difícil practicar elespañol en el día cotidiano. Por lo menos, esespecialmente difícil encontrar un ambiente ideal parapracticar el español. Claro, el español se habla portodas partes; estamos en Los Ángeles y casi la mitadde la población habla un poco de español. Pero no estan sencillo. Hay cierto grado de ansiedad que debeser superado antes de que sea posible practicar elespañol. Es súper difícil practicar otro idioma sialguien, como yo, tiene miedo de parecer como unatonta o de caer mal. No quiero equivocarme ni serjuzgada o criticada. Muchos dicen que no hay ningunarazón por preocuparse. ¡Mentiras! Aun cuandoinsisten que no están juzgando, no es la verdad. Hasta incluso en las clases de español, es fácilsentirse juzgado por los estudiantes y los profesores.Yo he sido testigo de lo que pasa en clases deespañol cuando yo o mis compañeras quienes no sonhispanohablantes son juzgadas y evaluadas por lamanera que pronuncian o hablan el idioma. ¡Comoquieren que practicamos si solo servimos para que losdemás se burlen de nosotros, la gente quienesaprendieron el español en un ambiente escolar en vezde en casa!

El primer día de la clase es siempre el peor. Durantelos primeros diez minutos de clase, todos puedendistinguir quién es un hispanohablante y quién no loes. Es como un mal olor - huelen la carencia de lafluidez como un perfume barato. El profesor hace unapregunta, abres tu boca para responder y, en laesquina de tu ojo, ves uno de tus compañeros de claseque esta sonriendo y haciendo comentario indebido consus amigos. Peor todavía, todos se voltean en susasientos para ver quién contestó a la pregunta. Paulatinamente, la sala se convierte en un circo ytodo lo que dices llega a ser como una fuente dediversión, dando materia para chistes y burlas a losdemás. Poco después, la diversión se convierte a laimpaciencia. Si no hablas con suficiente rapidez o sino entiendes la pregunta, la gente comienza airritarse. Nadie quiere esperar tu respuesta nientender lo que quieres expresar tus compañeros nodesean darte la cortesía o la paciencia que realmenteuno necesita.

Es por esta razón que detesto absolutamente hablar elespañol en voz alta en clase. Pienso, “no me hagasuna pregunta si no deseas darme el tiempo o lapaciencia que necesito para contestarla. No acabesmis oraciones por mí. Déjame pensar. Si meinterrumpes, o haces alguna indicación negativa o mehaces sentir intimidada en cualquiera forma no desearépracticar el español contigo, jamás.” Prefierosentarme en silencio horrible en vez de hablar en vozalta o de enfrentar la crítica y el rechazo sutil demis compañeros.

Antes que rechaces mi opinión permíteme decir quesentarse en silencio en clases españolas y a la vestener tanto que decir tiene su propia forma detormento también. Mientras generalmente me gusta darmi opinión sobre TODO, no me gusta decir nada a menosque pueda articular mis pensamientos en una formainteligente e en una manera sucinta. Es realmenteproblemático tener que hablar como una chica de diezaños cuando sé que mis ideas son mucho más complejas. Es como un sueño horrible donde quiero gritar yrealizo repentinamente que mi voz falta y que no tengoninguna forma de expresarme. Mientras que me sientoreservada en clase, al mismo tiempo, tengo un diálogointenso tocando como un disco en alto volumen en micabeza. Desgraciadamente, rara vez tengo laoportunidad de compartir estos pensamientos.

Además, odio cuando la gente presume que el silencio ola carencia de la fluidez es apatía o ignoranciacuando en realidad es una falta de confianza alambiente de la clase de español. Los profesorespresumen que cuando no hablas en clase que no tienesuna respuesta para nada (¡que equivocación!). Tengouna respuesta para todo, pero apenas carezco el valorde expresarlo. Y, en las pocas ocasiones que expresomi opinión, la entrega es bastante horrible. Misideas brillantes llegan a sonar estúpidas en miespañol de segundo grado y consigo frustración denuevo encima de la critica que recibiré de miscompañeros. ¡No soy tonta, solamente no hablo confluidez – no es lo mismo! Apenas porque no puedoexpresar todas de mis ideas perfectamente no significaque no tengo nada que compartir. Eventualmente, merindo y me siento en mi cárcel del silencio con elruido de mis respuestas distinguidas sonando en mimente.

El mejor consejo que recibí para superar mi miedo deldiscurso público fue “debes beber vino – vasos y vasosde vino.” Pero dado que no puedo emborracharme antesde cada conversación en español, permaneceré en limbo. En cualquier caso, he desarrollado un odio intenso dela frase, “la práctica crea la perfección.” Nuncallegare a sentirme cómoda con mis compañeros ni conmis profesores entonces nunca llegare a poderpracticar la lengua que tanto deseaba perfectar.


Hoy en día, me doy cuenta que no soy la única personaque piensa en esta manera. Veo el miedo en las carasde otros estudiantes de UCLA que han sentido lasmismas experiencias de temor cuando tienen que hablarel español en clase. Hay una razón por que 120estudiantes llegan al primer día de la clase deespañol y solamente como 85 regresan el día siguiente(la mayoría de los que regresan son hispanohablantesfluidos y la minoría de estudiantes no-bilingües queregresan no tienen ninguna otra opción). Esto esgeneralmente una barrera seria para mucha gente en laadquisición del idioma segundo.

Entonces, queda la pregunta: ¿qué se puede hacer pararemediar este dilema? Cómo entonces es que laUniversidad puede ayudar a estos estudiantes quienesquieren seguir sus pasiones pero no pueden llegar ahacerlo por el hecho que las clases nunca llagaran aser aulas de aprendizaje sino seguirán siendo cuevasde critica. No me digan entonces, “la practica creala perfección!”

Déjeme decirle que no niego que la práctica ayuda. Más específicamente, la emersión completa ayuda. Cuando estudie en Madrid por cuatro meses, la mejorpráctica era hablar el castellano con mi madre dealojamiento. Ella no hablaba inglés y no permitía queel inglés se hablara dentro del hogar. Yo amabapreparar la cena con ella, en esos momentos podíahacerle preguntas y hablar sobre mi familia mientrasque ella revolvía el arroz y cortaba los tomates encubitos. No me sentía amenazada; no me sentía ansiosadel rechazamiento. Quizás fue porque no tenía treintay cinco pares de ojos que estaban fijándose en mi,listos para juzgar en cuento el primer error fueracometido.

El discurso por el teléfono ayuda también. Cuando mimadre necesita comunicarse con un pacientehispanohablante, muchas veces me llama para que sirvacomo su traductora. Sé que mi español no es perfecto,pero todavía logro transferir el mensaje y hacerlesentender lo mi madre quiere avisarles. Quizás esto esporque, en una conversación telefónica, puedo hablarsin la barrera constante de la aprehensión y dejo desentir los ojos críticos de los demás; en el teléfonohablo con alguien desconocido y eso me ayuda a notener tanta ansiedad.

Desafortunadamente, la mayoría de las circunstanciasen la experiencia de aprender el español no permitenla emersión ideal o las llamadas telefónicas anónimas. Por la mayoría de mi aprendizaje tuve que enfrentarmecon mis temores y con esos ojos de profesores ycompañeros que tanto temía. A veces, realmentelamento mi decisión de haberme dedicado al español como mi especialización de estudio. En cualquiercaso, creo que es increíble que logre graduarme de unade las escuelas superiores de California con unaespecialización en español y que sin embargo no hablocon nada de fluidez ni confianza.

Parte de la frustración y la dificultad de estudiar elespañol se origina en el hecho que tener unaespecialidad en español en UCLA significa que seestudie la literatura, y que no hay de otra. Desafortunadamente, para algunos de nosotros, tenemosque trabajar con doble esfuerzo para participar; porejemplo, algo que toma veinte minutos para leer eningles toma más de una hora en español. A veces, losprofesores se olvidan de esto. Por eso, estudiar otroidioma puede ser desalentado mucho porque hacerloindica una batalla constante.

Idealmente, el departamento español reconociera que hay un defectoserio que deben de corregir. Aunque se enseña lagramática, la literatura, y la lingüística, muchostodavía no llegan a absorber la lengua española. Esque, hay estudiantes de varios niveles de fluidez yaptitud en el programa de español pero todos estudianjuntos sin ninguna manera de compensar para ladesigualdad.

Entonces, propongo que haya un componente máspráctico para ganar una especialidad en el español,por lo menos para los estudiantes no hispanohablantesnativos. Claro, debemos estudiar la gramática, laliteratura y la fonética como siempre, pero tambiéndebemos aprender cómo hablar el idioma. Aprender elidioma de una manera practica y la forma que esutilizada en la comunidad. O sea, el departamento deespañol de UCLA debe ofrecer más clases como “españolen la comunidad” o “español práctico.” Las clasesenseñarían a los estudiantes a cómo hablar con lofamiliar o como utilizar los dichos cotidianos; losestudiantes no sólo deben aprender respuestas formalesy conservadoras, pero los matices y los saludoscomunes que se oyen en la calle. En esa manera seríamucho más agradable y práctico estudiar el español enUCLA, especialmente para los estudiantes que deseanaplicar su especialidad a otras profesiones. Aprenderel español de esa forma ayudaría en los sectores comola medicina, o el servicio legal. Sin embargo, como advertencia, los estudiantes quehablan con fluidez no tendrían que tomar estas “clasesprácticas”. De hecho, no deben ser permitidos a tomarestas clases. Conozco a demasiados hispanohablantesque toman las clases más fáciles porque desean sacarbuenas notas en una manera bastante fácil. Desgraciadamente, el momento en que loshispanohablantes fluidos se aprovechan de estasclases, intimidará a los estudiantes de niveles másbajos y el resultado fuera la perdida de laparticipación en clase. Llegaríamos al mismo problemade hoy, ¡Es un ciclo vicioso!

En un mundo ideal, el departamento de españolofrecería clases extras a los estudiantes de nivelesbajos. No obstante, sé que el departamento tiene pocodinero y pocos profesores para facilitar a losestudiantes. Desafortunadamente, eso significatodavía que la mayor parte de la responsabilidad yestrés de aprender y adquirir la fluidez de la lenguaes la carga del estudiante. Dado que hay muchos limites a un programa ideal, juntos debemos apoyar alos que están intentando (con todos sus esfuerzos) demejorar su español y llegar a hablar con mas eficacia. Quizás debemos crear clubs españoles en el campo,aunque sea solo para practicar el idioma y aumentarfluidez y confianza. Además, los estudiantesbilingües y los profesores pueden mejorarperceptiblemente la situación si están dispuestos ahacerlo. Por ejemplo, si hay estudiantes de nivelesbajos que se sientan en clase no es necesariointimidarles. Por supuesto, se debe de seguir con lasbromas y tener diversión; sin embargo, el español essolamente divertido si se ríe con ellos, no de ellos. También, la paciencia para los estudiantes que nohablan con fluidez y rapidez es crucial. Queremosparticipar, pero necesitamos la gracia.

Si nuestra meta en la sociedad es aumentar lacomunicación entre la gente y llegar a ser mejoresciudadanos, necesitamos aumentar la tolerancia de esagente quien esté intentando mejorar su comprensión yfluidez. El mundo no va a parar de hablar el españolasí que puede ser que también lo hagamos más fácilpara que cada uno pueda participar. Agraciadamente,con la aplicación de mis sugerencias, el estudio delespañol llegaría a ser cada vez más popular y cómodopara todos. Mientras, mejoraría la aptitud deestudiantes en niveles bajos, crearía un ambiente másdivertido y estimulado para los estudiantes bilingüesporque más estudiantes podrían participar y añadir ala discusiones en clases. Los estudiantes de otraslenguas tienen ese deseo de se culturados y por eso seles debe de apreciar y ayudar en vez de burlarse deellos. Con mas tolerancia y paciencia todos podríamoshablar todas las lenguas con confianza. De todasmaneras, como los inmigrantes que vienen a los EstadosUnidos que buscan la aceptación, algunos de nosotrostambién deseamos ser aceptados de nuestra propiamanera. ¡O sea, queremos ser latinos también!

No comments: