We the People.

Caminando por Inglewood Public Library, hay muchos jóvenes. La mayoría de ellos
están en grupos, tratando de no hacer tanto ruido para que la señora detrás del mostrador no
les vuelva a pedir que bajen sus voces. Entre tantos jóvenes, se encuentra una mujer
sola en una mesa. Se entretiene en sus estudios. Los cuchicheos de los demás,
aparentemente fácil los ignora.
Me le acerque, preguntándole si seria posible hacerle unas preguntas. Después de
explicarle brevemente mi tarea, decidió regalarme una pequeña entrevista. Mi primera
pregunta fue que es lo que ella hacia en la biblioteca. Claudia me contó que elle solía
ir a la biblioteca a usar la computadora porque en su hogar no tienen servicios de
Internet, dijo “afortunadamente por lo menos tenemos una computadora. Esta muy vieja y
ya apenas y funciona para que mis dos hijos puedan hacer sus tareas.”
Del montón de libros que tiene en frente de ella, me llamo la atención que un par
de ellos eran libros de estudio para obtener la ciudadanía. Le pregunte a ella “¿Porque
desea convertirse en ciudadana de este país?”
Ella, mientras se quito sus anteojos para limpiarlos con su blusa color café, me
contesto, “Bueno pues, mi historia es como la de muchos inmigrantes en este país. Yo me
vine de México cuando tenía 19 años. Vivía en un pueblo en Zacatecas llamado el Teul de
Ortega, de Gonzáles Ortega. Un pueblo muy chiquito. Todos saben el chisme de todos.
Allá fue donde llegue a conocer a mi esposo. El se vino para los Estados Unidos hace 23
años, yo me vine hace 21 años, en parte porque lo extrañaba pero más bien porque ya
estaba cansada de la vida en ese pueblito. Quería mejores oportunidades para mis hijos.
Aquí bien que las tienen.”
Claudia y su esposo fueron algunos de los afortunados que obtuvieron sus
residencias en 1986. Hoy, tienen dos hijos; Andrés de 16 años y Yesenia de 12 años. Claudia contó de la desesperación que sentía antes al no poder ayudarles a sus hijos con sus tareas porque ella solo había terminado la primaria, pero principalmente porque ella no hablaba ingles
para nada. Claudia me contó que finalmente en este ultimo año pasado, comenzó a tomar
clases de ingles. Su hijo mayor esta planeando ir al colegio en un par de años. Al ver
el deseo que el tiene de realmente superarse, inspiro a su propia madre a hacer lo mismo.
Ella siguió diciéndome que “Mas que nada, quiero darles un buen ejemplo a mis
hijos. Ya a ellos si deciden no tomar ventaja de las oportunidades que les esperan.
Claudia me contó que “No se necesita mucho. Con poco se puede vivir cómodamente. Mi
familia y yo así vivimos. Mucha gente sigue viviendo igual, en México y hasta aquí.”
Llegaron las 4:30 de la tarde. Claudia se tuvo que ir. Necesitaba regresar a su
casa a preparar la cena y seguir estudiando con sus hijos.


- Martha Rodriguez